2 de agosto de 2011

PALAVRA DO SENHOR PARA O DIA DE HOJE

Daniel Cueva Casanova
‎18º Semana del Tiempo Ordinario 2 de Agosto de 2011
«Cuando Dios ve en el hermano la envidia, no tiene tregua con éste que se aparta del Señor, ya que ese corazón ha comenzado a mancharse. Porque Dios nunca mira con envidia, por lo contrario, se donó para que otros tengan parte de lo que Él posee: La eternidad.»...


Liturgia de las Hora...s: 2da. Semana del Salterio

Color: Verde

Santoral
Nuestra Señora de los Angeles, Diócesis de Costa Rica y Guatemala
San Eusebio de Vercelli
San Juan de Rieti
San Pedro Julián Eymard


SAN PEDRO JULIÁN EYMARD
Sacerdote (1811-1868)
San Pedro Julián nació cerca de Grenoble, en Francia, el año 1811. Recorrió varios caminos hasta encontrar su vocación definitiva, pero siempre, en todas las etapas de su vida, se empleó a fondo, sin desviaciones.
Funda una congregación dedicada exclusivamente al culto eucarístico. Dejó la Congregación de los Maristas y fundó la Congregación del Santísimo Sacramento.
Fundó además la Congregación de Religiosas Siervas del Santísimo Sacramento. También organizó la archicofradía del Santísimo Sacramento, que se estableció en muchas parroquias. Este era su mensaje: "Sólo en la vuelta a Cristo Sacramentado está la salvación".
Tenía también San Pedro Julián una tierna devoción a la Virgen María. En una ocasión terminaba así su predicación: "Honremos a María con el título de Nuestra Señora del Santísimo Sacramento". Y desde entonces María Es invocada con este título, que Sus Hijos propagan por doquier.
San Pedro Julián murió el 1 de agosto de 1868. Muy pronto se extendió su devoción. El Papa Juan XXIII lo canonizó el año 1962.


Martirologio y efemérides latinoamericanos:
2.8.1981: Carlos Pérez Alonso, sacerdote, apóstol de los enfermos y de los presos, luchador por la justicia, desaparecido en Guatemala.


Lecturas de la liturgia
Números 12, 1-13 / Mateo 15, 1-2. 10-14
Salmo Responsorial Sal 50, 3-4. 5-6. 12-13. (R/. cf. 3a)
R/. "Misericordia, Señor: hemos pecado"


Primera Lectura: Números 12, 1-13
"Moisés no es como los demás profetas. ¿Por qué se han atrevido ustedes a criticarlo?"

En aquellos días, María y Aarón criticaron a Moisés a causa de la mujer extranjera que había tomado por esposa. Decían:
«¿Acaso el Señor le ha hablado solamente a Moisés? ¿Acaso no nos ha hablado también a nosotros?»
Y el Señor los oyó. Moisés era el hombre más humilde de la tierra.
El Señor les dijo a Moisés, a Aarón y a María:
«Vayan los tres a la tienda de la Reunión».
Y fueron los tres. Bajó el Señor en la columna de nube y se quedó a la entrada de la tienda. Llamó a Aarón y a María, y los dos se acercaron. El Señor les dijo:
«Escuchen mis palabras: Cuando hay un profeta entre ustedes, yo me comunico con él por medio de visiones y de sueños. Pero con Moisés, mi siervo, es muy distinto: él es el siervo más fiel de Mi casa; Yo hablo con él cara a cara, abiertamente y sin secretos, y él contempla cara a cara al Señor. ¿Por qué, pues, se han atrevido ustedes a criticar a mi siervo, Moisés?»
Y la ira del Señor se encendió contra ellos. Cuando Él se fue y la nube se retiró de encima de la tienda, María estaba leprosa, blanca como la nieve. Aarón se volvió hacía María y vio que estaba leprosa. Entonces Aarón le dijo a Moisés:
«Perdónanos, señor nuestro, el pecado que neciamente hemos cometido. Que no sea María como quien nace muerta del seno de su madre; mira su carne ya medio consumida por la lepra».
Entonces Moisés clamó al Señor, diciendo:
«Señor, ¡cúrala por favor!»


Salmo Responsorial: 50
"Misericordia, Señor, hemos pecado."

Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas.
Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Puesto que reconozco mis culpas, tengo siempre presentes mis pecados. Contra ti solo pequé, Señor, haciendo lo que a tus ojos era malo.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Es justa tu sentencia y eres justo, Señor, al castigarme. Nací en la iniquidad, y pecador me concibió mi madre.
R. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos.
No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
Misericordia, Señor, hemos pecado.



Evangelio según San Mateo 15,1-2.10-14.
Entonces, unos fariseos y escribas de Jerusalén se acercaron a Jesús y le dijeron:
"¿Por qué Tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros antepasados y no se lavan las manos antes de comer?". Jesús llamó a la multitud y le dijo: "Escuchen y comprendan. Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella".
Entonces se acercaron los discípulos y le dijeron: "¿Sabes que los fariseos se escandalizaron al oírte hablar así?".
El les respondió: "Toda planta que no haya plantado Mi Padre celestial, será arrancada de raíz.
Déjenlos: son ciegos que guían a otros ciegos. Pero si un ciego guía a otro, los dos caerán en un pozo".


Reflexión:
La envidia, un mal que acarrea muchas malicias, porque envidiar es desear con mucho pesar lo que otro tiene, es sentir desazón por el bien que tiene tu hermano, y esto es un gran pecado, porque lo que tiene tu hermano, debe ser alegría para ti, porque la felicidad de aquél repercute en ti cuando éste lo aprovecha bien para las necesidades de su familia y la de su sociedad. En tal sentido, las riquezas obtenidas tanto materiales o espirituales, deben ser orgullo de los otros y aliciente para que puedan querer siempre tener los anhelos de superación tanto en conseguir las necesidades del mundo, pero de aquellas que sirven para edificar las necesidades espirituales, como por ejemplo: Haber conseguido un empleo que remunere lo suficiente para que tus hijos puedan ingresar a un colegio Católico de religiosos y puedan llevar una formación que cimiente sus conocimientos y los ancle en el camino de la salvación.

Es así que cuando Dios ve en el hermano la envidia, no tiene tregua con éste que se aparta del Señor, ya que ese corazón ha comenzado a mancharse. Porque Dios nunca mira con envidia, por lo contrario, se donó para que otros tengan parte de lo que Él posee: La eternidad.

La crítica siempre tiene que tener sentido constructivo, y eso mucho se ve en que cuando se manifiesta una, se debe terminar con un acto de bondad, esperando que a quien se ha criticado con caridad le vaya bien en su camino, ésta es la forma correcta de proceder, porque no hacerlo implica que solo se ha tomado en cuenta lo malo o lo bueno de la persona para exponer, más lo que se necesita de esa persona es que aun teniendo grandes favores, sepa hacer una vida provechosa con todos lo que ha obtenido por parte de Dios.

En efecto, Dios quiere hijos que deseen el bien para sus hermanos y les multiplique lo obtenido, porque en la medida que todos los hermanos se desearon mejorías, tanto más los beneficios que nos ayuden a ser un pueblo santo como Dios nos pide en Su Sagradas Escrituras.

El Señor pone a Moisés como modelo de santidad porque dice: «Él es el siervo más fiel de Mi casa»… Palabras de suma importancia que tuvo Dios para con Moisés, y éste debe ser nuestro objetivo, tratar a toda costa que seamos los más fieles, para que estemos dentro de la profecía del «Resto Fiel». Aquellos que no abandonan al Señor, aquellos que están en el camino de la perseverancia, aquellos que están en necesidad de buscar la conversión de sus hermanos, aquellos que no critican pero tienen celo apostólico y hablan fuerte cuando ultrajan los caminos de Dios, aquellos que se han donado porque se han negado a sí mismos y no buscan más que sus salvaciones para gloriar eternamente a Dios.

Por lo pronto, el hombre que ha caído en una bajeza como la envidia u otro mal que afecta el alma, tiene que recogerse y pedir la absolución como nos reza el salmo 50: «Por Tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados. Misericordia, Señor, he pecado contra Ti.»…

Así mismo El Divino Maestro nos dice: «Lo que mancha al hombre no es lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella".»… quiere decir que cuando el hombre tiene una percepción del exterior que entra en él, ello no es lo que lleva a la condena al hombre, lo que lo hace, es la práctica de esa sugerencia que el hombre ha recepcionado, como cuando escucha sobre la mala fama de un hermano y contribuye a continuar dando mala fama, porque ello ya está saliendo de su boca y se ha convertido en difamación y envidia. Más lo que viene del Señor son purezas Divinas que no manchan el alma, por ello añade: «Toda planta que no haya plantado Mi Padre celestial, será arrancada de raíz.»… es decir, todo lo que el demonio ha metido en el mundo, en el alma del hombre, Dios lo arranca de dos formas:
1. Purificando con El Sacramento de la Reconciliación o Confesión, la penitencia y La Santa Eucaristía, para limpiar nuestras almas.
2. Cuando el alma que está llena de pecado y no muere en gracia de Dios, y tiene que ser «arrancado» del pueblo que vive en santidad para que no manche a las demás.

Ese es el trágico momento para esa alma, pues, será arrancada para ser echada fuera con las otras que estuvieron en el camino equivocado, con aquellas de quienes se guiaron a placer para obrar mal y con aquellas otras a quienes también les enseñaron el mal camino, porque sentencia el Divino Redentor: «Los dos caerán en un pozo.»…

(Por favor comparte esta información con toda tu red de contactos, muchos lo pueden necesitar; pues, El Señor Está llamando a la puerta. Ap. 3, 20.)

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