13 de julho de 2011

PALAVRA DO SENHOR PARA O DIA DE HOJE

Liturgia: Primera Lectura, Salmo, Evangelio y Reflexión:
Seamos consecuentes con nuestros actos, y animémonos a vivir en gracia de Dios para obtener La Vida Eterna. Dios no va a dejar de Ser Dios si no nos arrepentimos, los que perdemos somos nosotros, pues, nos condenamos. Porque hay muchos que se creen salvos, pero a ellos Dios les d...ice: «Pero Yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti».

15º Semana del Tiempo Ordinario 12 de Julio de 2011

Liturgia de las Horas: 3ra. Semana del Salterio
Color: Verde
Santoral
San Juan Gualberto, Fundador
Juan Gualberto, Filomena

Martirologio y efemérides latinoamericanos: 12.7.1976: Aurelio Rueda, sacerdote, mártir de los habitantes de tugurios en Colombia.


Lecturas de la liturgia
Exodo 2, 1-15a / Mateo 11, 20-24
Salmo Responsorial: Sal 68, 3. 14. 30-31. 33-34 (R/. cf. 33)
R/. "Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón"

Primera Lectura: Exodo 2, 1-15
"Le llamó Moisés, porque lo había sacado del agua"
En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de su misma tribu. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso, lo tuvo escondido tres meses. Pero como ya no podía ocultarlo por más tiempo, tomó una canastilla de mimbre, la embadurnó con betún y con brea, metió en ella al niño y la dejó entre los juncos, a la orilla del río. Entre tanto, la hermana del niño se quedó a cierta distancia para ver lo que sucedía.
Bajó la hija del faraón a bañarse en el río y, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla, vio la canastilla entre los juncos y envió a una criada para que se la trajera. La abrió y encontró en ella un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó:
«Es un niño hebreo». Entonces se acercó la hermana del niño y le dijo a la hija del faraón:
«¿Quieres que vaya a llamar a una nodriza hebrea para que te críe al niño?»
La hija del faraón le dijo que sí.
Entonces la joven fue a llamar a la madre del niño. La hija del faraón le dijo a ésta:
«Toma a este niño; críamelo y yo te pagaré».
Tomó la mujer al niño y lo crió. El niño creció y ella se lo llevó entonces a la hija del faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, que significa:
«De las aguas lo he sacado».
Cuando Moisés creció, fue a visitar a sus hermanos y se dio cuenta de sus penosos trabajos; vio también cómo un egipcio maltrataba a uno de sus hermanos hebreos. Entonces Moisés miró para todas partes, no vio a nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio que dos hebreos se estaban peleando. Le dijo entonces al culpable:
«¿Por qué le pegas a tu compañero?»
Pero él le contestó:
«¿Quién te ha nombrado jefe y juez de nosotros? ¿Acaso piensas matarme como al egipcio?»
Lleno de temor, Moisés pensó:
«Sin duda que ya todo el mundo lo sabe».
Se enteró el faraón de lo sucedido y buscó a Moisés para matarlo, pero él huyó lejos del faraón y se fue a vivir al país de Madián.


Salmo Responsorial: 68
"Busquen al Señor y vivirán."
Me estoy hundiendo en un lodo profundo y no puedo apoyar los pies; he llegado hasta el fondo de las aguas y me arrastra la corriente.
R. Busquen al Señor y vivirán.

A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro.
R. Busquen al Señor y vivirán.

Mírame enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido.
R. Busquen al Señor y vivirán.

Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre ni olvida al que se encuentra encadenado.
R. Busquen al Señor y vivirán.


Evangelio: Mateo 11, 20-24
"El día del juicio será menos riguroso para Tiro, Sidón y Sodoma que para otras ciudades"
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido. Les decía:
«¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría en pie hasta el día de hoy. Pero Yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti».


Reflexión:
En tierra de extranjeros comienza la historia de un hombre que libertaría al Pueblo elegido por Dios. Es Moisés quien como extranjero, según creía, aunque era hebreo, sale de la tierra que lo vio nacer y puso a buen propósito La Divina Providencia que tuviera que emigrar a otras tierras para que se cumpla el Plan de Dios. En efecto, la justicia que interpreta Moisés es aquella que ve en quien hace daño a uno de sus hermanos hebreos, aunque sin saber que él mismo pertenecía a ese origen, ve el clamor de un pueblo oprimido por los egipcios. Él, Moisés, no le importa quién es quién, él solo ve justicia y al justo clamando piedad, son indicios de un pueblo oprimido por la tiranía del faraón y la injusticia del castigo corporal a un hombre, que hace reaccionar a Moisés para dar justicia del que en ese tiempo veía conveniente. Como no hay quien ajusticie, con severidad y en la suma verdad, en ocasiones Dios puso a disposición a quienes Le sirvieron de instrumentos para que pueda llamar a Su Presencia y deje el mundo y así aplique Su Justicia, cuando no hay quién lo haga.

El niño Moisés fue escondido por tres meses, y con ello se manifiesta La Acción «Trinitaria» de Dios, que hace posible que esto sea el designio de Suyo conveniente para que Moisés sea el elegido por Dios para que liberte a Su Pueblo. La providencia continúa y el niño es dejado en la orilla del río; es decir, en donde la mansedumbre del mar quedará inerte ante quien Dios protege; pues, es Dios que así lo ha decidido. La compasión de la mujer, hija del faraón, también es complemento de La Misericordia de Dios, porque en ese instante crucial, en donde la suerte de Moisés pudo ser la muerte, tuvo que ser la vida; y todo esto es de Dios, en tanto que existen «tres» factores adheridos al Dios Uno y Trino:
1. Se escondió tres meses al niño. (Protección)
2. Se lo deja a la orilla del río. (Providencia)
3. La misericordia de la hija del faraón (Misericordia)
Factores importantísimos para que el hombre goce de la Presencia de Dios Omnipotente y Misericordioso.
Por eso que el Salmo 68 nos recuerda: « A Ti, Señor, elevo mi plegaria.»… El hombre se ve necesitado de Dios, es consciente, y en su humildad se reconoce minúsculo, y elevando su plegaria glorifica a Dios, porque con ello lo reconoce Todopoderoso. Y continúa: «Ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a Tu clemencia, Dios fiel en el socorro.»… El hombre continúa en acción penitencial y humilde pide que sea La Voluntad Divina de Dios El que decida su suerte, pero El Señor Clementísimo afirma el profeta: «"Busquen al Señor y vivirán."»…

Si el hombre buscara a Dios y le pidiera Su grande Misericordia, El Señor haría grandes maravillas en la vida del hombre, pero no, el hombre se ha alejado de Dios, su ruina la ha cavado él mismo al ver que en su soberbia pretende construir un futuro con sus propias necedades, con sus propias soberbias, con sus propias codicias. Hoy el hombre está sucumbido en el más penoso abismo que no se ha contemplado en la historia de la humanidad; pues, convive a placer con los mayores atentados contra La Belleza Inocente de Dios que plasmó en el hombre porque lo creó a Su Imagen y Semejanza. La inocencia se ha perdido, el hombre ha descubierto las más bajas calañas que pudo haber conocido, y no solo eso, sino, que las ha puesto en práctica a diestra y siniestra haciendo que el mundo entero quede enterado de todas sus bajezas, y no solo eso, sino, que el hombre vive sin ninguna vergüenza de la impureza en la que viste, come, habla, investiga, lee, sociabiliza; es decir, convive de todas las formas posibles en lo que es más bajo hacer, todo esto y más son el pan de cada día en el mundo actual. Ya no hay temor de Dios, ya no hay respeto por la creación perfecta de Dios, el hombre ha sucumbido a sus bajas pasiones y ha puesto a Dios a la orilla del rio, ha tenido la osadía de ponerlo a un lado. Dios quebrado en llantos y respetuoso de la voluntad del hombre, ha dejado que Sus hijos muy queridos se vayan por donde quieren.

En efecto, Dios no amordaza, no te encierra, no te encadena, el hombre es libre de salvarse o condenarse, por ello El Divino Redentor exhorta, que cuando alguien aun se cree digno, es porque anda ciego, por ello dice: «Y tú, Cafarnaún, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo?.»… En esto se da referencia que quienes creen ser salvos, y sus cegueras los han hecho sucumbir en lo más terrible de sus actos, esto piensan que son intocables, que tienen El Paraíso ganado, pero el fango ha oscurecido sus vidas y ya no ven más que lo que ellos piensan y suponen, son los soberbios que creen que todo lo pueden, que todo lo tienen y que serán salvos. Pero El Señor Jesús sentencia: «No. Serás precipitada en el abismo.»… Ese abismo será la condena del hombre, el terrible infierno que espera a los réprobos, herejes, cismáticos, apóstatas y todo tipo de malvados que en sus soberbias creen ser salvos. Ah! Terrible momento el que les espera. Ya no habrá más tiempo, El Justo Juez dirá: «Apártate de Mí.»… pues, el hombre ya tuvo su momento, en el mundo se le dio las pruebas para que se arrepintiese, se le pidió conversión mostrándole los portentosos milagros del Señor y las señales de su vida equivocada, aun pero para los que hacían una vida aparente de piedad, estaban sucumbidos en la más baja miseria. No hermano, ya no será tiempo de Misericordia, será tiempo de justicia.

Por tanto hermano, seamos consecuentes con nuestros actos, y animémonos a vivir en gracia de Dios para obtener La Vida Eterna. Dios no va a dejar de Ser Dios si no nos arrepentimos, los que perdemos somos nosotros, pues, nos condenamos. Porque hay muchos que se creen salvos, pero a ellos Dios les dice: «Pero Yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti».

(Por favor comparte esta información con toda tu red de contactos, muchos lo pueden necesitar; pues, El Señor Está llamando a la puerta. Ap. 3, 20.)
Daniel Cueva Casanova

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