Daniel Cueva Casanova
EVANGELIOS Y DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES.
Si se les complica algún término, frase, párrafo, etc. recuerden rezar:
V/. Santa María Trono de La Sabiduría R/. Ruega por nosotros
...Pero con mucha fe, cierra los ojos y concéntrate en que La Virgen derramará Sus gracias, por que Ella conozcas las verdades de Dios y de Su Iglesia.
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M
Oración de entrada:
En el nombre del Padre,… +
Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del Inmaculado Corazón de María, tu Amadísima Esposa. (3 veces)
Ven, Espíritu Santo, y llena los corazones de tus fieles, y enciende en ellos el fuego de tu amor.
V./ Envía Señor tu Espíritu y serán creadas las cosas. R./ Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos:
Oh! Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo;
concédenos saber que está bien según el mismo Espíritu y gozar por siempre de Sus consuelos.
V/. Por Jesucristo nuestro Señor. R./ Amén.
1 Padre Nuestro, 1 Ave María, 1 Gloria,
V/. Santa María Trono de La Sabiduría. R/. Ruega por nosotros.
V/. Ave María Purísima R/. Sin pecado Concebida
En el nombre del Padre,… +
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M
CAPÍTULO I
ALGUNOS PRENOTANDOS ACERCA
DE LAS FUENTES HISTÓRICA:
Hemos de advertir aquí que, como esta materia es propia de La Introducción Bíblica, vamos a ser sumamente breves.
64. Cuáles son las fuentes históricas.
Las fuentes históricas que nos refieren la vida, los hechos y las enseñanzas de Jesús son:
Profanas: Entre las que hay que enumerar a FALVIO JOSEFO (Años 37-105), PLINIO SEGUNDO EL MENOR (años 62-113) y SUETONO (años 75-160); son auténticas sin duda alguna.
Cristianas: Entre las que enumeramos en sentido inclusivo, y no exclusivo, los cuatro Evangelios, Los Hechos de Los Apóstoles y Las Epístolas de SAN PABLO; consideramos estas fuentes como los libros históricos y no como inspirados, pero bajo la dirección de La Iglesia.
ART. I. – GENUINIDAD, INTEGRIDAD Y CREDIBILIDAD DE LOS CUATRO EVANGELIOS Y DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES
§ I. – GENUINIDAD DE LOS CUATRO EVANGELIOS Y DE LOS
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
65. La genuinidad: Consiste en que tal determinado libro sea del autor a quien se le atribuye.
Ahora bien, el autor del primer Evangelio es MATEO, apóstol de CRISTO (D 2148); lo que se prueba por razones internas, por el fin, las expresiones, semitismo, etc…; escribió entre los años 40-48.
D 2148: Significa: DEL MAGISTERIO DE LA IGLESIA, ENRIQUE DETZINGER número 2148, y así para todos los demás.
El autor del segundo Evangelio es MARCOS, discípulo e intérprete de PEDRO (D 2155); lo que se prueba por razones internas, sacadas del texto mismo de los libros sagrados (D 2155); no es lícito diferir su composición debe colocarse entre los años 53-62, ya que sabemos que tuvo lugar antes de que LUCAS escribiera el tercer Evangelio (D 2159), y según la predicación de Pedro (D 2162).
El autor del tercer evangelio es LUCAS, médico, auxiliar y compañero de Pablo; lo que se prueba también por razones internas sacadas del texto mismo de los libros sagrados; escribió antes de la destrucción de Jerusalén, y según la predicación de Pablo (D 2162), probablemente hacia el año 63.
El autor del cuarto Evangelio de JUAN APÓSTOL, y no otro (D 2110); lo que se prueba por razones internas, las dificultades que se toman de la comparación del mismo Evangelio con los otros tres, pueden racionalmente resolverse (D 2112), y los hechos que en él se narran no han sido total o parcialmente inventados, y los discursos del Señor mismo y no composiciones teológicas del escritor, puestas en los labios del señor (D 2112) lo escribió cuando vivía en Efeso, a fines del siglo I, hacia el año 90.
Por último, El Concilio Vaticano II vindica el origen apostólico de Los Evangelios con estas palabras: “Nadie ignora entre todas las Escrituras, incluso del Nuevo Testamento, Los Evangelios ocupan, con razón, el lugar preeminente, puesto que son el testimonio principal de la vida y doctrina del Verbo Encarnado, nuestro Salvador.
La Iglesia siempre ha defendido y defiende que los cuatro Evangelios tienen origen apostólico. Pues lo que los Apóstoles predicaron por mandato de Cristo, luego, bajo la inspiración del Espíritu Santo, ellos y los varones apostólicos nos lo transmitieron por escrito, fundamento de la fe, es decir, El Evangelio en cuatro redacciones, según Mateo, Marcos, Lucas y Juan” (Constitución Dogmática sobre la divina revelación, n. 18; ConcVatII, BAC 252, págs. 139-140).
§ II. – INTEGRIDAD DE LOS CUATRO EVANGELIOS Y DE LOS
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
66. La integridad de un libro:
Consiste en que este libro se conserve en el día de hoy tal cual fue escrito por su autor; cuando el libro se conserva idéntico en lo esencial y en los detalles más mínimos y accidentales, se llama absoluta; cunado se conserva en lo esencial, mas no en los mínimos detalles, sustancial.
Decimos, pues, nosotros que los cuatro Evangelios y los Hechos de Los Apóstoles y en general los libros del Nuevo Testamento, se conservan sustancialmente íntegros.
Lo cual se prueba fácilmente atendiendo:
1.o A la concordancia de Los Evangelios y de Los Hechos de Los Apóstoles, tal como se encuentran en el día de hoy, con los códices del siglo VII (Amiatinus); del siglo VI (F Fuldensis); del siglo V (A Alexandrinus) y el siglo IV (B Vaticanus, S Sinaitisu); así como también con los textos aducidos por los Santos Padres de los siglos IV y III, y y también con las versiones Syriaca, del siglo II, así como, finalmente, con los textos aducidos por los Santos Padres de los siglos II y I, y con el Diatessaron de Taciano.
Y si alguno quisiera saber si el texto original pudo ser interpolado o cambiado desde el tiempo de su escritura hasta ese tan corto espacio de tiempo, fácilmente puede convencerse de que esto fue de todo punto imposible, si fija su atención en el exquisito cuidado con que los primitivos cristianos conservaban sus escritos, y en la suma reverencia con que los veneraban, y en el máximo empelo con que todos, tanto los fieles como los pastores, con unanimidad absoluta se aferraban a sus tradiciones; en semejantes condiciones no fue posible la más mínima interpolación (Palabra o fragmento añadido en la transmisión de un texto) ni el más ligero cambio del texto original sin que de todas partes hubiese surgido un unánime clamor de todos ellos; del que no aparece en ninguna parte ni el más ligero vestigio.
2.o A las lecciones variantes, Pues aun cuando éstas sean 150,000 y lleguen a las 250,0000, sin embargo hay que hacer constar que todas ellas son accidentales, puesto que afectan o al orden de las palabras, o palabras sinónimas, o a cosas parecidas; de tal suerte que, exceptuados algunos pocos pasajes, de los que se preocupa la Introducción Bíblica, podemos decir que el texto primitivo ha llegado hasta nosotros sustancialmente íntegro.
Por tanto, pudo SAN PÍO X, con todo derecho condenar a los Modernistas cuando dicen que Los Evangelios fueron aumentados con adicionales y correcciones continuas hasta llegar a un canon definitivo y constituido; en ellos, por ende, no quedó sino un tenue e incierto vestigio de la doctrina de Cristo (D 2015). Véase también D 784, 1787, 2152, 2156 y 2158.
§ III. – CREDIBILIDAD DE LOS CUATRO EVANGELIOS Y DE LOS
HECHOS DE LOS APÓSTOLES
67. Credibilidad:
No es suficiente probar que un libro ha sido escrito por un autor y que ha llegado hasta nosotros sustancialmente íntegro; hay todavía otra cosa más importante, y es la de demostrar que dicho autor es digno de crédito, en lo que consiste precisamente la credibilidad de su libro.
¿Qué hemos de decir acerca de esto con relación a Los Evangelios y a Los Hechos de Los Apóstoles?
Si fijamos, la atención en los adversarios de nuestra fe (racionalistas, modernistas, etc.), los vemos como desenfrenados y enloquecidos, empeñados al mismo tiempo en demostrar que los evangelistas, o son inventores de puras ficciones, o escritores de un Cristo idealizado por la masa del vulgo cristiano.
Dicen lo primero los que, como VOLTAIRE, DIDEROT, REIMAR, etc., afirman con todo descaro que los discípulos de cristo, una vez que vieron a Éste muerto, quedaron completamente decepcionados de sus esperanzas mesiánicas y desesperanzados del reino político mesiánico, pero que como ya no querían volver a manejar sus redes, se dieron a soñar en un nuevo reino glorioso; para lo cual inventaron milagros y predicaron la resurrección del Maestro; por tanto, Los Evangelios no son otra cosa que ficciones de los discípulos de Cristo; nada hay en ellos que sea histórico y real.
Dicen lo segundo, los que como RENÁN, STRAUS, etc., hecha la distinción de Cristo histórico y Cristo idealizado, afirman que todo cuanto se dice de la vida y de la persona de Jesús en los Evangelios hay que atribuirlo a la fe de los primeros cristianos; los evangelistas, por tanto, no hicieron otra cosa que transmitirnos en sus Evangelios estos mitos, puesto que nos describen a Cristo tal cual lo fingió el fervor popular, y no tal cual fue en la realidad histórica.
Esto mismo nos enseñan Los Modernistas, según los cuales la imagen de Cristo histórico habríase cambiado por un proceso de transfiguración en la imagen de cristo en la fe (D 2096, 2093).
En nuestro tiempos acaba de aparecer otra teoría, la de las “formas”, propuesta por DIBELIUS Y BULTMANN, según la cual Los Evangelios no habrían sido compuestos por una persona determinada individual; sino que serían más bien una colección de fragmentos varios; esos fragmentos habríanse formado por el vulgo cristiano alrededor de un núcleo primitivo, por ejemplo, alrededor de una frase de Jesucristo y, coleccionados en un libro habrían formado la primera serie, de la que salió el primer Evangelio de Mateo; y otra serie de fragmentos, formada alrededor de otro núcleo, habría dado lugar al Evangelio de Marcos, y así sucesivamente. Los Evangelios por tanto, no nos refieren hechos históricos acerca del Cristo verdadero, sino más bien las cosas que los primitivos cristianos se llevaban y traían acerca de Cristo en el momento en que se iban formando los fragmentos de cada una de estas series. Véase La Instrucción de La Cmm. Pont. Bíblica sobre la verdad histórica del evangelio, publicad en L´Observatore Romano de 14 de mayo de 1964, traducida al castellano en Ecclesia, 30 de mayo de 1964, n. 1194.
68. Se prueba la credibilidad de Los Evangelios:
Contra este cúmulo de absurdos y de arbitrariedades de nuestros adversarios, he aquí lo que nos enseña EL Concilio Vaticano II en su Constitución dogmática sobre la divina revelación, n. 19.
«La santa madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día en que fue levantado al cielo.
Los Apóstoles, ciertamente, después de La Ascensión del Señor, predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia que ellos gozaban, amaestrados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad.
Los autores sagrados escribieron Evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por escrito sintetizando otras, o explicándolas atendiendo a la condición de Las Iglesias, reteniendo, por fin, la forma de predicación, de manera que siempre nos comunicaban la verdad sincera acerca de Jesús.
Escribieron, pues, sacándolo ya de su memoria o recuerdos, ya del testimonio de quienes «desde el principio fueron testigos oculares y ministros de la palabra» para que conozcamos la verdad de las palabras que nos enseñan».
Hemos de retener, pues, diligentemente, en conformidad con los documentos históricos que poseemos:
1.o LOS EVANGELISTAS SE PROPUSIERON REDACTAR UN LIBRO HISTÓRICO, Pues:
a’) Esto nos consta por las palabras de LUCAS: «También yo, después de haberme entregado durante largos años a una búsqueda diligente de todos los hechos, me he decidido… a ofrecértelos ordenadamente por escrito» (Lc. 1, 3).
Y por las de SAN JUAN: «Otras muchas señales dio Jesús en presencia de los discípulos, que no quedan consignadas por escrito en este libro (Jn. 20, 30).
Por lo que se refiere a los evangelistas, éstos se os presentan como testigos (Mt. 10, 18; 24, 14; Mc. 13, 9; Lc. 21, 13).
b’) Nos consta también por la sobriedad de la narración, por la simplicidad del estilo, por el modo de describirnos los lugares, las circunstancias, el tiempo, etc.
c’) Nos consta, por último, por el testimonio de toda la antigüedad, puesto que todos, paganos y herejes, tuvieron siempre los Evangelios como libros históricos, y nunca hubo entre ellos duda alguna acerca de este punto.
2. o LOS EVANGELISTAS PUDIERON DECIR LA VERDAD, ya que, o fueron testigos oculares, o tuvieron trato con ellos (Virgen María, Los Apóstoles, discípulos).
3. o LOS EVANGELISTAS NO PUDIERON ESCRIBIR FALSEDADES, porque no había razón alguna para proceder fraudulentamente; más aún, el silencio acerca de Jesús les habría supuesto menores males; además, la falsificación de un hecho histórico supone, por un lado, mucha perspicacia, y por otro, mucha malicia, cosas que no pudieron darse en lo evangelistas, tan literatos y tan sencillos; por último, si los evangelistas se hubiesen dedicado a falsificar los acontecimientos, tanto los amigos como los enemigos de Jesús los habrían visto con sus propios ojos, o habían oído con sus propios oídos, lo que se decía o corría acerca de la vida y de los hechos de Jesús. Véanse acerca de «la historicidad de los Evangelios sinópticos» los dos artículos ponderados de A. BEA, RazFe 170 (1964), pags. 9-28, 151-170, en los que critica sabiamente el método y los procedimientos de la historia de las formas».
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JUDAISMO Y JUDIOS CATOLICOS
Los judíos son nuestros hermanos mayores a quienes amamos y esperamos
"Hacerse católico es la cosa mas judía que se puede hacer"
JUDAISMO La más antigua religión monoteísta (creyente en un solo Dios). Históricamente la cuna del cristianismo y el Islam. Se refiere al mismo tiempo a una religión, una cultura y un grupo étnico. Como religión, el judaísmo se fundamenta en su fe en un solo Dios, el Dios de Abraham, padre de los judíos, en sus Sagradas Escrituras, el Torah, que los cristianos reconocemos como parte del "Antiguo Testamento" y en la esperanza en el Mesías.
Como cultura, los judíos tienen una gran variedad de creencias. El judaísmo moderno se adhiere al Torah y al Talmud, principal repositorio de tradiciones judías. Las principales líneas son los ortodoxos (los mas antiguos y conservadores, se remontan a Palestina y Babilonia), los reformados (llamados también "liberales" y "progresistas", son el extremo opuesto a los ortodoxos, datan del siglo XVIII, de Alemania, como un movimiento a favor de la asimilación cultural) y los conservadores (quieren ser la vía media entre ortodoxos y reformados).
El estado de Israel, cuya capital es Jerusalén, capital del antiguo reino judío, ofrece a los judíos modernos un sentido de identidad.
JUDIOS: Los que se adhieren a la religión judía y forman parte del pueblo judío. Originalmente el nombre "judío" se refería solo a los súbditos del reino de Judea. Pero después del exilio babilónico se convirtió en el nombre común de los descendientes de Jacob y de los seguidores de la religión mosaica (Perteneciente o relativo a Moisés, personaje bíblico).
"Baruch haba b'Shem Adonai"
Bendito el que viene en nombre del Señor
JUDIOS CATOLICOS: Jesús es judío y vivió como tal. Igualmente son judíos su Santísima Madre, San José y los Apóstoles. De hecho el principal tema del primer concilio de la Iglesia, el Concilio de Jerusalén, presidido por san Pedro, fue decidir si los gentiles (no judíos) también eran llamados por Dios para ser miembros de la Iglesia.
Mas tarde con la evangelización del imperio, los gentiles llegaron a ser la gran mayoría de los cristianos. Algunos comenzaron a poner a un lado la identidad judía de Jesús y olvidaron que las críticas de Jesús y de San Pablo contra los judíos eran críticas desde adentro de la familia judía. Es necesario reconocer a los cristianos que han injuriado a los judíos mal interpretando algunos textos para atacar a los judíos. Estas injusticias aumentaron el distanciamiento entre judíos y cristianos. El Concilio Vaticano II renovó la conciencia de los vínculos entre el judaísmo y el catolicismo. El Papa Juan Pablo II ha pedido perdón por las ofensas cometidas por los católicos. Durante su pontificado la Iglesia ha buscado profundizar su entendimiento de los judíos a través del diálogo.
Los Judíos están descubriendo que no hay contradicción entre ser judío y ser católico sino que más bien la fe católica satisface la esperanza judía de encontrar al Mesías. Es así que un judío converso llegó a ser sacerdote y fundó la organización Remnant of Israel (Resto de Israel) para evangelizar a los judíos y dar a conocer los profundos nexos entre el judaísmo y la Iglesia Católica. Otro grupo, B´nei Tzion, se identifica de esta manera: "Somos católicos que conservamos nuestras raíces hebreas; no hemos abandonado en ningún momento el Judaísmo, sino que vemos en Jesús (en hebreo Yeshúa) la perfección de la Torá y la cumbre de la historia del Pueblo de Israel. Conservando nuestra identidad y tradiciones judías, a ejemplo de las Iglesias Católicas Orientales (también llamadas "uniatas")". Ellos son plenamente católicos, bajo el Santo Padre.
La fe cristiana sostiene que el niño que adoramos en el pesebre es verdaderamente el Hijo de David, verdaderamente judío. El nos da la luz para comprender el sentido pleno de las Sagradas Escrituras de los judíos y reconocemos que de ellos nos viene la salvación. Creemos que Abraham es nuestro padre en la fe y que la Iglesia es la Nueva Israel. Al mismo tiempo reconocemos a los judíos como nuestros hermanos mayores en la fe y no podemos entender el cristianismo sin comprender sus raíces judías.
El judaísmo no tiene una interpretación dogmática de las Escrituras sino que permite diferentes interpretaciones. Sholem Asch, uno de los más aclamados escritores judíos modernos, propuso en la década de 1950-60 que el judaísmo auténtico es mesiánico (perteneciente o relativo al Mesías) y debe esperar la venida del Mesías que Dios prometió a Israel. El judaísmo es una religión que se fundamenta en esa esperanza. ¿Es Jesús ese Mesías? La respuesta a esta pregunta fue intensamente debatida entre los judíos en el tiempo de Jesús. Algunos judíos hoy día están descubriendo a Jesús y respondiendo a esa pregunta positivamente.
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Testimonios de judíos católicos:
Eugenio Zolli, Ex Rabino principal de la ciudad de Roma. Escribió "Before the Dawn" sobre su entrada a la Iglesia Católica. Consideraba que no fue una conversión que le alejara del judaísmo sino más bien una entrada en la plenitud del mismo. Su historia.
Rafael Stern es un judío originario de la Europa central e instalado en Israel, donde participó en las cuatro guerras. Convaleciente de una grave herida en la Guerra de los Seis Días, tuvo una crisis religiosa por medio de la cual Jesús lo llevó al catolicismo. En su libro "Confesiones de un judío", publicado por Ed. Desclée de Brouwer, Bilbao 1978, Rafael narra el largo itinerario de su conversión.
Santa Edith Stein, judía asesinada por los Nazis en Aushwitz y canonizada por Juan Pablo II en 1998, hizo una aportación importante a la conciencia de ser judía y católica. Prominente filósofa judía, desde que abrazó la fe católica nunca ocultó ni vivió como contradictoria su identidad al mismo tiempo judía y católica. Dice Gabriel Castro, experto sobre la santa: "su conversión a la fe católica es también una conversión al judaísmo que había dejado de practicar en su juventud. Sólo mucho más tarde, en el Concilio Vaticano II, esta comprensión e integración de la fe del primer y del segundo testamento a venido a ser cosa común en la Iglesia católica. En su tiempo, esta doble pertenencia era poco expresada y aún no estaba asumida. Hoy nos es de gran ayuda su testimonio para ir curando las heridas históricas de judíos y católicos". La santa rezaba para que "El Señor sea recibido por los suyos (el pueblo judío). En su canonización el Papa declaró que el testimonio de Santa Edith Stein "fortalecerá la comprensión entre judíos y cristianos".
Rosalind Moss, Judía católica dice que ella es mas judías después de haberse hecho católica: "Hacerse católico es la cosa mas judía que se puede hacer". Hoy día se dedica a evangelizar con CatholicAnswers.
Fuente: www.corazones.org
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LA VENIDA DEL SEÑOR Y LOS JUDIOS
-Según el Catecismo #674:
"La Venida del Mesías glorioso, en un momento determinado de la historia se vincula al reconocimiento del Mesías por "todo Israel" (Rm 11, 26; Mt 23, 39) del que "una parte está endurecida" (Rm 11, 25) en "la incredulidad" respecto a Jesús (Rm 11, 20). San Pedro dice a los judíos de Jerusalén después de Pentecostés: "Arrepentíos, pues, y convertíos para que vuestros pecados sean borrados, a fin de que del Señor venga el tiempo de la consolación y envíe al Cristo que os había sido destinado, a Jesús, a quien debe retener el cielo hasta el tiempo de la restauración universal, de que Dios habló por boca de sus profetas" (Hch 3, 19-21). Y San Pablo le hace eco: "si su reprobación ha sido la reconciliación del mundo ¿qué será su readmisión sino una resurrección de entre los muertos?" (Rm 11, 5). La entrada de "la plenitud de los judíos" (Rm 11, 12) en la salvación mesiánica, a continuación de "la plenitud de los gentiles (Rm 11, 25; cf. Lc 21, 24), hará al Pueblo de Dios "llegar a la plenitud de Cristo" (Ef 4, 13) en la cual "Dios será todo en nosotros" (1 Co 15, 28).
DE NUESTRO CORREO: UN JUDIO CATOLICO
Estimado Padre:
...Nuestra "vocación", ha sido un llamado por parte del Eterno para que además de estar dentro de la Iglesia Universal, retomemos nuestras raíces hebreas. ¿Sabe? Que hermoso sería que todos los hogares cristianos realizaran el Shabatt, esta cena familiar que une tanto a padre, madre e hijos. Nosotros lo hacemos el sábado después de las 6:30PM, pues creemos que el Domingo es el día del Señor, por lo tanto desde el sábado por la tarde preparamos su venida. Por otro lado sería bueno que algunos hermanos católicos entre ellos sus ministros entendieran que aunque andamos con kipa (solideo) y utilizamos nuestras expresiones hebreas, en ningún momento somos SECTA, pues en la Iglesia Católica NO pueden existir esta clase de extravíos.
Animo a su comunidad para que oren por nosotros. Como le he expuesto no es fácil aparecer en una comunidad católica con una kipa... muchos se confunden pues no conocen realmente la historia del judaísmo. Entonces nos acusan de no creer en el papa, de no amar a Myriam (María), etc. Por favor sería bueno que ustedes siguieran su campaña para que así algunos de nuestros hermanos salgan de su ignorancia.
...El culmen de todo está en Yeshúa sacramentado... Finalmente espero una oración por nuestra Kehilá (OR ISRAEL) Luz de Israel la cual se reúne todos los sábados de 6:30 P.M. a 8:30 P.M.
De su servidor en el Mesías
Fuente: www.corazones.org
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El judaísmo ha sido, sobre todo, una religión;
en segundo lugar, una forma de vida
Hebraísmo y judaísmo son sinónimos: Hebreo y judío se dice de las personas; hebraico y judaico, de las cosas; israelí de las personas y de las cosas. Sin embargo, caben matizaciones. Después de la muerte de Salomón su reino se divide en dos, el del norte o Israel –nombre puesto a Jacob por el ángel- y el del sur o Judea, con capital en Jerusalén. Los israelitas fueron deportados por los asirios (722 a.C.), perdiendo su entidad para siempre. A partir de ese año, hebreos son sólo los del reino de Judea. Así pues, Abrahán, Isaac, Jacob, etc. fueron hebreos y no judíos. David, Jesucristo, etc., hebreos y judíos. Por esto prevalece el empleo de hebreo y hebraísmo.
Es acertada, pues, la definición que Alfonso X daba en las Partidas: "Judío es dicho aquel que cree y tiene la ley de Moisés, según que suena la letra de ella, y que se circuncida y hace las otras cosas que manda esa su ley. Y tomó este nombre de la tribu de Judas, que fue más noble y más esforzado que todas las demás tribus".
Las antiguas religiones de los griegos, egipcios, sumerios, hititas, etc., y –en otro ámbito– el sintoísmo japonés (Religión primitiva y popular de los japoneses) o los incas y mayas de América, tienen unas características que permiten agruparlas en lo que se ha denominado religiones celestes y étnico-políticas. Sus deidades habitan en el cielo y sus teofanías (manifestaciones) aparecen asociadas a fenómenos atmosféricos, como rayos, relámpagos o truenos. La salvación que propugnan es la del grupo étnico, quedando marginada la salvación del individuo. Recalcan la división entre lo divino y humano; entre los inmortales y los mortales; entre lo celeste y lo terreno. A los dioses se les teme. La trascendencia de los dioses hace infinita la distancia entre ellos y los hombres.
Aunque estos rasgos pueden ser comunes a muchas religiones, el yahvaísmo tiene unos rasgos que lo hacen absolutamente singular. El primero es el monoteísmo, lo que plantea un misterio. Todos los pueblos circundantes de los hebreos eran politeístas. El monoteísmo israelita es una isla que, aunque a veces recibió influencias politeístas, nunca sucumbió por completo a ellas.
Otro rasgo diferenciador es la condición ética de Yahvé. Los dioses antiguos eran amorales: adúlteros, roban, se engañan... Son más capaces que los hombres en todo, incluso en su posibilidad de pecar. Yahvé, sin embargo, es el Santo, Santo, Santo, que es el modo hebreo de formar el superlativo: es el santísimo, el moralmente bueno por antonomasia (Sinécdoque que consiste en poner el nombre apelativo por el propio, o el propio por el apelativo; p. ej. el Apóstol, por San Pablo; un Nerón, por un hombre cruel). Y, como creador, hace todas las cosas buenas, hasta que el hombre introduce el mal por medio del pecado original.
Lógicamente, su santidad no se queda en sí mismo, debe reflejarse en sus adoradores: Sed santos, porque yo, Yahvé, soy santo (Lev. 19, 2). La ética judía recoge la ley natural, reflejada en el Decálogo. Incluye el amor al prójimo –israelita– como a uno mismo. Incluso la ley del talión –ojo por ojo y diente por diente– es un mandato que impide el exceso en la venganza, que en otros pueblos exigía la aniquilación del enemigo, sus familias y todos sus bienes.
En tercer lugar, la actividad de los dioses celestes tiende a convertirse en ocio, una vez terminada su cosmogonía. Yahvé, sin embargo, está siempre presente y actuando; sobre todo en la historia de su pueblo Israel. Lo hace de un modo directo, convirtiéndola en la historia de la salvación en esta vida y en la otra.
Otro rasgo característico del hebraísmo es la creación. Dios lo hace todo por su sola voluntad. Dios llama a la nada y hace aparecer así el ser.
Religión revelada: En las otras religiones étnico-políticas es normal que se desconozca su fundador, pues actúa en la pre-historia de cada pueblo. En el caso del hebraísmo sabemos el origen del yahvismo: Abrahán (s. XIX-XVIII a.C.). También sabemos que su principal conformador es Moisés (XII a.C.).
Pero lo verdaderamente singular es que es Yahvé mismo quien se revela al hombre. Es Dios quien sale al encuentro del ser humano y no Éste el que intenta buscar a la divinidad y, con ella, la respuesta a las preguntas fundamentales: quién soy, de dónde vengo... Y esta revelación de Yahvé no es una emanación de índole panteísta (hinduísmo), ni una experiencia de tipo chamánico (Mahoma), ni fruto de una vivencia religiosa (Buda). Se trata del conocimiento experimental de una relación especialísima con El que es (Yahvé), que se aparece a Moisés y le revela el núcleo doctrinal y moral del hebraísmo.
La esperanza mesiánica: El pueblo judío está marcado ciertamente por la esperanza en el Mesías. Pero en el momento mismo de su constitución como pueblo y como religión ya aparece la esperanza: la esperanza en «la tierra que te mostraré». «Y Yo haré de ti una gran nación», como le dice Dios a Abrahán. Al salir de Egipto caminan cuarenta años por el desierto, movidos por la esperanza de la tierra prometida. Y después de la diáspora –que comienza el 70 d.C. con la destrucción del Templo y de Jerusalén– han seguido esperando regresar a su tierra.
Teología e instituciones: El judaísmo ha sido, ante todo, una religión; y, en segundo término, una cultura y una forma integral de vida.
El hermético aislacionismo (Política de apartamiento o no intervención en asuntos internacionales). que vivió el pueblo hebreo por razones fundamentalmente religiosas y de preservación del pueblo de Dios, tenía que conjugarse en la Diáspora (Dispersión de los judíos exiliados de su país) con la forzada convivencia con los ciudadanos de los países donde vivían. Lo hacían en barrios exclusivos, naciendo así las juderías, que recibieron distintos nombres: qahal en hebreo; aljama, derivado del árabe alyama'a, en España; mel-lak en Marruecos y el ghetto, de origen quizá italiano y que se extendió por Centroeuropa. En general, eran recintos, a veces hasta amurallados, de calles angostas y casas apiñadas. En ocasiones, la obligación de vivir en la judería era impuesta por los gobiernos. Otras veces eran los mismos judíos quienes preferían vivir así unidos, por su propia conveniencia y hasta por razones defensivas, ante los asaltos y saqueos. Así, por ejemplo, en Alejandría vivían en dos barrios espléndidos en la época helenística. También Jaime I, al conquistar Valencia, ofreció a los judíos un barrio especial, en agradecimiento por su colaboración financiera.
Teología judaica: Esta minuciosidad en la moral contrasta con la imprecisión y falta de sistematización de su teología. Se ha dicho, con exageración, que el judaísmo era una religión sin dogmas. Maimónides enumera trece artículos de la fe. Son los siguientes: 1º, existencia de Dios; 2º, unidad de Dios; 3º, espiritualidad e incorporeidad de Dios; 4º, eternidad de Dios; 5º, sólo se puede adorar a Dios; 6º, revelación por los profetas; 7º, preeminencia de Moisés sobre los demás profetas; 8º, suprema jerarquía de la Toráh; 9º, la Toráh son las leyes divinas del Sinaí; 10º, omnisciencia de Dios; 11º, Dios retribuirá por los actos buenos y malos; 12º, certeza de la venida del Mesías; 13º, resurrección de los muertos.
Todos estos artículos se pueden resumir en tres, como de hecho se hizo en el s. XV: 1º, creencia en Dios; 2º, divinidad de la Toráh; 3º, justa retribución en la vida futura.
Diferencias doctrinales: Se pueden distinguir tres clases de judíos: ortodoxos, conservadores y liberales o reformistas. Las dos primeras categorías aceptan la creencia en los principios teológicos ya citados. Los conservadores no son tan observantes en cuestiones de ritos o más bien prácticas. El movimiento liberal, originado en Alemania en el siglo XIX, intentó resolver espinosos problemas de la vida ordinaria, pero acabó por vaciar de contenido la teología, hasta el punto que la fe es casi un tema étnico o cultural. De hecho, el reformismo fue para muchos el paso para la conversión al cristianismo, aunque más abandonos fueron causados por el racionalismo, sobre todo en eruditos e intelectuales.
Hebraísmo y cristianismo: El 13 de abril de 1986, Juan Pablo II se convirtió en el primer Papa que entraba en la Sinagoga de Roma. El período de reflexión sobre las relaciones judeo-cristianas iniciado en el Concilio Vaticano II, había dado sus frutos. La Iglesia había condenado el antisemitismo y había declarado que a los judíos no puede imputárseles «ninguna culpa ancestral o colectiva por lo que ocurrió en la Pasión de Cristo». La Iglesia Católica insiste en que la discriminación de los judíos carece de justificación teológica y enseña que son el pueblo elegido «con una llamada irrevocable».
Los dogmas que marcan la máxima separación entre ambas religiones son los de la Santísima Trinidad, con los misterios que del mismo se deducen –Encarnación, Eucaristía, etc.– y la doctrina relativa al pecado original. En definitiva, los que se deducen de la no aceptación de Jesucristo.
No obstante, como dijo Juan Pablo II en esa histórica visita, "la religión judía no es extrínseca a nosotros, sino que, en cierto sentido, es intrínseca a nuestra religión. Por lo tanto nos une al judaísmo una relación que no tenemos con ninguna otra religión. Sois para nosotros unos hermanos muy queridos, y en cierto modo, podría decirse que sois nuestros hermanos mayores".
Además, el Papa no se limitó a felicitarse porque en tres décadas se hubieran hecho tantos progresos en el entendimiento entre judíos y católicos. Audazmente calificó estos progresos de «prólogo», comienzo de un camino nuevo: su herencia común extraída de la ley y los profetas exige «una colaboración a favor del hombre», en defensa de la dignidad y la vida humana, de la libertad y la paz.
El racismo no es cristiano, no tiene sentido cuando se considera al hombre como hijo de Dios. Pero, además, un católico no puede por menos que sentir un profundo afecto por el pueblo al que pertenecen los dos amores más profundos que tiene: Jesús de Nazareth y su Madre, María.
Autor: Javier Mora-Figueroa Fuente: Revista Palabra El judaísmo
Fuente: www.catholic.net
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La diferencia fundamental en cuanto a la idea de
Dios entre judaísmo y cristianismo
La diferencia básica entre la idea de Dios en el judaísmo y en el cristianismo se encuentra en la cuestión trinitaria. Las disputas de Barcelona (1263) y de Tortosa (1413-1414) lo dejan ver con gran claridad y lo mismo toda la polémica judeo-cristiana reflejada en obras como el Pugio Fidei de Raimundo Martí. La cuestión crucial de la venida del Mesías se hace polémica para el judaísmo porque el Mesías cristiano es confesado como Hijo de Dios, como Verbo encarnado.
Para el judaísmo la Palabra de Dios es una fuerza activa de Dios, no una hipóstasis divina. Y otro tanto digamos del Espíritu Santo. Es cierto que en la misma Biblia encontramos algunas formas de hablar de la Sabiduría (Prov 8; Eclo 24) que dan la impresión de una entidad hipostática. También en Filón encontramos especulaciones sobre el Logos que se mueven en la línea de hipóstasis. Así mismo las complicadas representaciones de la Cábala (Zohar) con su clasificación de los atributos divinos pueden hacer pensar que estamos ante hipóstasis pero en todos los casos nos encontramos con la muralla que separa al judaísmo y cristianismo y que podemos designar con los términos de monoteísmo unipersonal y monoteísmo trinitario. El cristianismo, partiendo de la confesión de la divinidad de Jesucristo y de la explicación neo-testamentaria de Cristo Sabiduría de Dios y Logos encarnado, ha visto la revelación de una vida divina con la riqueza de la relación Padre-Hijo eterno. Igualmente en la revelación del Espíritu Santo, con una acción personal en el NT, el cristianismo ha descubierto una nueva dimensión de esa vida divina en que el Amor, como vínculo divino entre Padre e Hijo, tiene una consistencia personal (hipostática).
La diferencia crucial entre atributos e hipóstasis marca la división entre judaísmo y cristianismo. Para el primero ese paso compromete la unidad y unicidad divinas que es la esencia de la revelación bíblica (entendiendo aquí por Biblia el Antiguo Testamento). Para el cristianismo la Trinidad es la revelación fundamental del NT pero las formas de hablar de la Palabra o Sabiduría de Dios y del Espíritu divino en el AT preparaban ya el camino para esa gran revelación.
Fuente: www.mercaba.org
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Oración de Salida:
Te damos gracias Señor por todos los beneficios que hemos recibido de Tu gran bondad.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
1 Padre Nuestro + 1 Ave María + Gloria
V/. Ave María Purísima R/. Sin pecado Concebida
En el nombre del Padre,… +
M
+
Daniel Cueva Casanova
LA IMPORTANCIA DE COMULGAR TODOS LOS DIAS:
(Jn. 6,54): El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día
18 de julho de 2011
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