16 de junho de 2011

LEITURAS DA LITURGIA

Lecturas de la liturgia

2 Corintios 9, 6-11 / Mateo 6, 1-6. 16-18
Salmo Responsorial: Sal 111, 1-2. 3-4. 9
R/. "Dichoso quien teme al Señor"


• Primera Lectura: II Corintios 9, 6-11
"Dios ama al que da con alegría"
Hermanos: Tengan esto presente: el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha. Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría. Dios, por su parte, tiene poder para colmarlos de dones, de modo que teniendo siempre y en todas las cosas lo suficiente, les sobre incluso para hacer toda clase de obras buenas. Así lo dice la Escritura: Distribuyó con abundancia sus bienes a los pobres, su generosidad permanece para siempre.
El que proporciona semilla al que siembra y pan para que se alimente, les proporcionará y les multiplicará la semilla y hará crecer los frutos de su generosidad. Enriquecidos así, podrán ser generosos en todo, generosidad que por nuestra mediación, se convertirá en acción de gracias a Dios.

• Salmo Responsorial: 111
"Dichoso el que respeta al Señor."
Dichoso el que respeta al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida.
R. Dichoso el que respeta al Señor.

Abundarán las riquezas en su casa, su rectitud permanece para siempre. Como luz para los buenos brilla en la oscuridad el que es compasivo, misericordioso y recto.
R. Dichoso el que respeta al Señor.

Da sin medida al necesitado, su rectitud permanece para siempre, y mantiene con dignidad su frente en alto.
R. Dichoso el que respeta al Señor.


• Evangelio: Mateo 6, 1-6.16-18
"Tu padre, que ve lo secreto, te recompensará"
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque su Padre del Cielo no los recompensará. Por eso, cuando des limosna, no vayas pregonándolo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alaben los hombres. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.

Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en la sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando reces, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ayunen, no anden tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve hasta lo más escondido, te recompensará».

Reflexión:
San Pablo exhorta a vivir una vida de piedad en donde se asista a las necesidades de La Iglesia; es así, que siendo todos Iglesia, estamos llamados a socorrer a todos cuanto necesiten de nuestras ayudas. Por tanto nos es muy necesario que podamos ayudar a aquél que necesite de nuestros consuelos, de velar siempre por el estado de aquellos atribulados, de aquellos que están al desamparo de afecto familiar, de amistades; de quienes sufren por la economía, por la orientación espiritual, etc. En efecto, en este mundo nadie puede decir que no le falta nada, siempre hay algo que está martirizando a algún hermano, y es nuestro deber como hermanos de socorrernos, y no solo entre cristianos católicos; sino, que también lo hagamos con los evangélicos y de cualquier otra secta, religión, agnósticos o ateos, porque con el ejemplo predicaremos La Palabra de Dios; pero tengamos en cuenta que primero tiene la prioridad nuestra Iglesia como Parroquia y Diócesis, y entre nosotros, porque así lo dicen Las Sagradas Escrituras. Pero en todo momento tenemos que evaluar si hay alguien más necesitado sin importar credo a quien tenemos que socorrer.

Así; pues, querido hermano, es tan necesaria la ayuda a nuestros semejantes, porque cuanto bien hagamos tanto bien será para nosotros, porque dando recibimos, ya que si construimos una sociedad justa, es; pues, justo que vivamos con justicia; por ello dice: «el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha». Esto lo vemos desde el punto de vista lógico, pero desde el punto de vista espiritual, esto lo deberíamos tomar en cuenta en segunda instancia, por aquello que nos dice: «dar sin esperar nada a cambio»; aunque ello también signifique no esperar que a quien le dé quede éste endeudado conmigo; ni mucho menos Dios quede endeudado, porque no podemos actuar como angurrientos de que cuanto di me tenga que ser devuelto esperando retribuciones codiciosas. Por ello el llamado a la mesura y a la contribución de corazón, de haberlo hecho con satisfacción en el alma, porque dice: «Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría». Pero miremos qué grande Es Dios que en Su Divina Providencia nos retribuye; pues, Él Es Justísimo, y dice: «Dios, por Su parte, tiene poder para colmarlos de dones, de modo que teniendo siempre y en todas las cosas lo suficiente»… Es así; pues, hermanos, que Dios viendo que si actuamos de buena gana, porque estamos haciendo las cosas con el corazón, Dios no dejará de ser providente y nos ayudará en todo momento para que vivamos en lo que es más importante y para lo que estamos hechos: «Vivir en este mundo para contribuir en El Plan de Salvación de Dios para el hombre», Por ello dice: «les sobre incluso para hacer toda clase de obras buenas»…; es decir, para nosotros mismos; pues, esta es la gran razón de que Dios nos ha puesto en éste mundo, Ésta Es Su Grande Misericordia, crearnos para salvarnos por medio de Su Hijo Crucificado, para que compartiéndonos Su Gloria, vivamos eternamente.
En efecto, La Iglesia; es decir, La Jerarquía: Cardenales, Obispos, Sacerdotes, religiosos y laicos como cualquier ciudadano de a pie, mientras trabajen específicamente para la obra de Salvación, siempre está socorrida por los bienhechores, parroquianos asiduos a La Santa Misa y colaboradores ocasionales, y con ello La Iglesia y todos la que la conforman, siempre tienen la posibilidad de ser asistidos para todo lo necesario que se requiera para ayudar en El Plan de Salvación de Dios para el hombre, y de tal forma que siempre se llagará hasta tener lo suficiente, tanto para laicos como para La Iglesia en sí misma, y prometedor y de vivencia real y palpable es que cuando damos de buena gana, recibimos en cualquier momento, al punto de que buscamos en los bolsillos en diferentes momentos y siempre habrá y sobrará; y cuando escasea; pues tómese como prueba y tribulación para ofrecerla al Señor, mirando siempre como ejemplo que todo Un Dios nació y murió en un pedazo de madera, y que para la oblación llevaron dos palomas, porque ni siquiera alcanzaba para La Sagrada Familia llevar una ternera o un becerro, el día de La Presentación del Niño y La Purificación de La Virgen María.
Y cuando el salmo 111 nos exhorta diciendo: «Dichoso el que respeta al Señor y se complace en Sus mandamientos. Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida»…, Dios nos está diciendo que no solo de descendencia carnal se expandirá el mundo, porque así quienes no hayan tenido descendencia, pero han llevado El Sagrado Evangelio por doquier y en todo momento como El Señor nos lo pide, esa será la cosecha y la descendencia de nuestro amor, poder acarrear a cuantas almas se hayan puesto en nuestro camino y llenarlas de Dios, y ellos a su vez a otros, y estos otros y nosotros todos a nuevas generaciones, y así, de generación en generación, por ello dice: «Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida»…, por ello es necesario educar a los hijos y a los amigos y demás hermanos cristianos o no, para hacer una generación más cerca de Dios.

Hagamos; pues, hermanos, el bien sin mirar a quien; y sin que esperar como recompensa por que di; y no andar pregonando y lustrando el orgullo de cuanto hice para bien de otros; pues, cuando no es de corazón, Dios no lo toma a bien, porque Dios no habita en el soberbio y si en el humilde, porque dice: «Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías».

Y cuando dice: «Tú, cuando reces, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará»… No es como dicen los protestantes, que los Católicos somos como los fariseos que estamos en las Parroquias e Iglesias golpeándonos el pecho para que nos vean, porque en todas las religiones y ellos en sus templos se reúnen igual para hacer oración. Esta invitación del Divino Maestro es para que encontremos en la meditación, en el silencio, en los desiertos, en soledad a nuestro Señor, porque meditando en un ambiente sin bullicio, podemos concentrarnos y pensar en todo momento en Dios y nuestros asuntos que ayudan a lo espiritual; y así pensando en todo momento en estas cosas, Dios nos puede responder lo que con el pensamiento preguntamos, más no en el bullicio, pues, en esto no nos concentramos y en consecuencia no podemos poner a Dios ni a nuestros asuntos en nuestras mentes, y mucho menos Dios responderá.

Reza, ayuna y medita sin poner la mente en blanco como lo pide La Iglesia; hazlo en lugares cerrados y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.

(Por favor comparte esta información con toda tu red de contactos, muchos lo pueden necesitar; pues, El Señor Está llamando a la puerta. Ap. 3, 20.)Ver mais
Por: Daniel Cueva Casanova..
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Daniel Cueva Casanova ‎11º Semana del Tiempo Ordinario 15 de Junio de 2011

Liturgia de las Horas: 3ra. Semana del Salterio
Color: Verde

...Santoral
• Santos Vito, Modesto y Crescencia, Mártires
• Vito, María Micaela

Martirologio y efemérides latinoamericanos:
15.6.1952: Víctor Sanabria, arzobispo de San José de Costa Rica, fundador de la Acción Católica, defensor de la justicia social, símbolo de una Iglesia abierta a los problemas sociales.
15.6.1987: Doce personas son asesinadas en Santiago por servicios de seguridad en lo que se conoció como «Operación Albania» o «Matanza de Corpus Christi».
15.6.1989: Teodoro Santos Mejía, sacerdote, Perú.

Lecturas de la liturgia

2 Corintios 9, 6-11 / Mateo 6, 1-6. 16-18
Salmo Responsorial: Sal 111, 1-2. 3-4. 9
R/. "Dichoso quien teme al Señor"

• Primera Lectura: II Corintios 9, 6-11
"Dios ama al que da con alegría"
Hermanos: Tengan esto presente: el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha. Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría. Dios, por su parte, tiene poder para colmarlos de dones, de modo que teniendo siempre y en todas las cosas lo suficiente, les sobre incluso para hacer toda clase de obras buenas. Así lo dice la Escritura: Distribuyó con abundancia sus bienes a los pobres, su generosidad permanece para siempre.
El que proporciona semilla al que siembra y pan para que se alimente, les proporcionará y les multiplicará la semilla y hará crecer los frutos de su generosidad. Enriquecidos así, podrán ser generosos en todo, generosidad que por nuestra mediación, se convertirá en acción de gracias a Dios.

• Salmo Responsorial: 111
"Dichoso el que respeta al Señor."
Dichoso el que respeta al Señor y se complace en sus mandamientos. Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida.
R. Dichoso el que respeta al Señor.

Abundarán las riquezas en su casa, su rectitud permanece para siempre. Como luz para los buenos brilla en la oscuridad el que es compasivo, misericordioso y recto.
R. Dichoso el que respeta al Señor.

Da sin medida al necesitado, su rectitud permanece para siempre, y mantiene con dignidad su frente en alto.
R. Dichoso el que respeta al Señor.

• Evangelio: Mateo 6, 1-6.16-18
"Tu padre, que ve lo secreto, te recompensará"
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidado con practicar las buenas obras para ser vistos por la gente, porque su Padre del Cielo no los recompensará. Por eso, cuando des limosna, no vayas pregonándolo, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alaben los hombres. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.

Tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha. Así tu limosna quedará en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando recen, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en la sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando reces, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ayunen, no anden tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para que la gente vea que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su recompensa.
Tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, de modo que nadie note tu ayuno, sino tu Padre, que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve hasta lo más escondido, te recompensará».Ver mais
há 12 horas · GostoNão gosto · 2 pessoasA carregar....Daniel Cueva Casanova Reflexión:
San Pablo exhorta a vivir una vida de piedad en donde se asista a las necesidades de La Iglesia; es así, que siendo todos Iglesia, estamos llamados a socorrer a todos cuanto necesiten de nuestras ayudas. Por tanto nos es muy neces...ario que podamos ayudar a aquél que necesite de nuestros consuelos, de velar siempre por el estado de aquellos atribulados, de aquellos que están al desamparo de afecto familiar, de amistades; de quienes sufren por la economía, por la orientación espiritual, etc. En efecto, en este mundo nadie puede decir que no le falta nada, siempre hay algo que está martirizando a algún hermano, y es nuestro deber como hermanos de socorrernos, y no solo entre cristianos católicos; sino, que también lo hagamos con los evangélicos y de cualquier otra secta, religión, agnósticos o ateos, porque con el ejemplo predicaremos La Palabra de Dios; pero tengamos en cuenta que primero tiene la prioridad nuestra Iglesia como Parroquia y Diócesis, y entre nosotros, porque así lo dicen Las Sagradas Escrituras. Pero en todo momento tenemos que evaluar si hay alguien más necesitado sin importar credo a quien tenemos que socorrer.

Así; pues, querido hermano, es tan necesaria la ayuda a nuestros semejantes, porque cuanto bien hagamos tanto bien será para nosotros, porque dando recibimos, ya que si construimos una sociedad justa, es; pues, justo que vivamos con justicia; por ello dice: «el que siembra con miseria, miseria cosecha; el que siembra generosamente, generosamente cosecha». Esto lo vemos desde el punto de vista lógico, pero desde el punto de vista espiritual, esto lo deberíamos tomar en cuenta en segunda instancia, por aquello que nos dice: «dar sin esperar nada a cambio»; aunque ello también signifique no esperar que a quien le dé quede éste endeudado conmigo; ni mucho menos Dios quede endeudado, porque no podemos actuar como angurrientos de que cuanto di me tenga que ser devuelto esperando retribuciones codiciosas. Por ello el llamado a la mesura y a la contribución de corazón, de haberlo hecho con satisfacción en el alma, porque dice: «Que cada uno dé según su conciencia, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al que da con alegría». Pero miremos qué grande Es Dios que en Su Divina Providencia nos retribuye; pues, Él Es Justísimo, y dice: «Dios, por Su parte, tiene poder para colmarlos de dones, de modo que teniendo siempre y en todas las cosas lo suficiente»… Es así; pues, hermanos, que Dios viendo que si actuamos de buena gana, porque estamos haciendo las cosas con el corazón, Dios no dejará de ser providente y nos ayudará en todo momento para que vivamos en lo que es más importante y para lo que estamos hechos: «Vivir en este mundo para contribuir en El Plan de Salvación de Dios para el hombre», Por ello dice: «les sobre incluso para hacer toda clase de obras buenas»…; es decir, para nosotros mismos; pues, esta es la gran razón de que Dios nos ha puesto en éste mundo, Ésta Es Su Grande Misericordia, crearnos para salvarnos por medio de Su Hijo Crucificado, para que compartiéndonos Su Gloria, vivamos eternamente.
En efecto, La Iglesia; es decir, La Jerarquía: Cardenales, Obispos, Sacerdotes, religiosos y laicos como cualquier ciudadano de a pie, mientras trabajen específicamente para la obra de Salvación, siempre está socorrida por los bienhechores, parroquianos asiduos a La Santa Misa y colaboradores ocasionales, y con ello La Iglesia y todos la que la conforman, siempre tienen la posibilidad de ser asistidos para todo lo necesario que se requiera para ayudar en El Plan de Salvación de Dios para el hombre, y de tal forma que siempre se llagará hasta tener lo suficiente, tanto para laicos como para La Iglesia en sí misma, y prometedor y de vivencia real y palpable es que cuando damos de buena gana, recibimos en cualquier momento, al punto de que buscamos en los bolsillos en diferentes momentos y siempre habrá y sobrará; y cuando escasea; pues tómese como prueba y tribulación para ofrecerla al Señor, mirando siempre como ejemplo que todo Un Dios nació y murió en un pedazo de madera, y que para la oblación llevaron dos palomas, porque ni siquiera alcanzaba para La Sagrada Familia llevar una ternera o un becerro, el día de La Presentación del Niño y La Purificación de La Virgen María.
Y cuando el salmo 111 nos exhorta diciendo: «Dichoso el que respeta al Señor y se complace en Sus mandamientos. Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida»…, Dios nos está diciendo que no solo de descendencia carnal se expandirá el mundo, porque así quienes no hayan tenido descendencia, pero han llevado El Sagrado Evangelio por doquier y en todo momento como El Señor nos lo pide, esa será la cosecha y la descendencia de nuestro amor, poder acarrear a cuantas almas se hayan puesto en nuestro camino y llenarlas de Dios, y ellos a su vez a otros, y estos otros y nosotros todos a nuevas generaciones, y así, de generación en generación, por ello dice: «Su descendencia será poderosa en la tierra, la raza de los hombres buenos será bendecida»…, por ello es necesario educar a los hijos y a los amigos y demás hermanos cristianos o no, para hacer una generación más cerca de Dios.

Hagamos; pues, hermanos, el bien sin mirar a quien; y sin que esperar como recompensa por que di; y no andar pregonando y lustrando el orgullo de cuanto hice para bien de otros; pues, cuando no es de corazón, Dios no lo toma a bien, porque Dios no habita en el soberbio y si en el humilde, porque dice: «Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías».

Y cuando dice: «Tú, cuando reces, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará»… No es como dicen los protestantes, que los Católicos somos como los fariseos que estamos en las Parroquias e Iglesias golpeándonos el pecho para que nos vean, porque en todas las religiones y ellos en sus templos se reúnen igual para hacer oración. Esta invitación del Divino Maestro es para que encontremos en la meditación, en el silencio, en los desiertos, en soledad a nuestro Señor, porque meditando en un ambiente sin bullicio, podemos concentrarnos y pensar en todo momento en Dios y nuestros asuntos que ayudan a lo espiritual; y así pensando en todo momento en estas cosas, Dios nos puede responder lo que con el pensamiento preguntamos, más no en el bullicio, pues, en esto no nos concentramos y en consecuencia no podemos poner a Dios ni a nuestros asuntos en nuestras mentes, y mucho menos Dios responderá.

Reza, ayuna y medita sin poner la mente en blanco como lo pide La Iglesia; hazlo en lugares cerrados y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará.

(Por favor comparte esta información con toda tu red de contactos, muchos lo pueden necesitar; pues, El Señor Está llamando a la puerta. Ap. 3, 20.)

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